viernes, 10 de octubre de 2008

¿Váyase señor presidente?


10/08 - Estefanía Pérez

Perpetuarse en un puesto directivo va siendo cada vez algo menos habitual en el mundo de los negocios ya que, en general, la idea de permanecer en una misma empresa para toda la vida ha quedado trasnochada. Pero hay algunas excepciones: a parte de las empresas familiares, en las que normalmente la jubilación del fundador se retrasa al máximo, tenemos varios ejemplos de presidentes de clubes deportivos a los cuales les ha costado años y años abandonar su sillón de presidencia. Pero, ¿es esto positivo o más bien un entorpecimiento para el buen funcionamiento de un Club?

“Que una persona esté mucho tiempo en un puesto per se no es ni bueno ni malo. Depende de la persona”, comenta Víctor García Povés, gerente del área de Human Capital de Deloitte. Partiendo pues de esa base, habría que analizar caso por caso, y el fútbol español nos ha dejado ejemplos variados.

Josep Lluis Núñez fue el presidente más laureado del FC Barcelona, club que dirigió entre los años 1978 y 2000, y por tanto el presidente del Barça que más años estuvo en su cargo, y también el que más títulos consiguió durante su mandato. Sin embargo, no fueron 22 años de éxitos continuados, sino que hubo diversos altibajos, con grandes éxitos y grandes fracasos. Y no es menos cierto que los últimos años de su mandato se caracterizaron por una importante crisis, hasta el punto que el actual Presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, uno de los integrantes del grupo opositor Elefant Blau, consiguió hacer tambalear fuertemente a Núñez con su idea de llevar a cabo una administración diferente del club y poner fin al periodo nuñista.

Precisamente, “el peligro de que un directivo se perpetúe en un puesto es que al final pierde la perspectiva y la noción del cambio”, señala García Povés. “Vemos todos los días a directivos que quedan totalmente desfasados del cumplimiento de sus funciones porque lo que funcionaba hace diez años, hoy está totalmente anticuado”.

De sobras conocido es también el caso de Manuel Ruiz de Lopera y Ávalos, el trigésimo cuarto presidente del Real Betis, pero que actualmente ha quedado en Consejero Delegado del club y su accionista mayoritario después de que fuera inhabilitado en 2006 tras ser declarado culpable de un delito fiscal.

Ramón Mendoza no llegó a superar a Núñez en tiempo permanecido en la presidencia de un club, pero no fueron nada despreciables los casi diez años que ostentó el cargo de presidente del Real Madrid, entre 1986 y 1995, tiempo suficiente para que todos conociéramos su controvertida personalidad.

“No es una cuestión de tiempo, es una cuestión de personas”, insiste el gerente del área de Human Capital de Deloitte, ya que “hay gente que se sabe reinventar a sí misma”. No fue el caso de Ramón Mendoza, quien dimitió en 1995 tras serias crisis internas del club a raíz de los malos resultados deportivos.

Talento externo

Para García Povés, muchas empresas, cuando deciden contratar a gente externa a la organización, “lo hacen simplemente para hacer un cambio. Es decir, han llegado a un punto en el que los directivos han conseguido llevar a la empresa hasta un cierto nivel pero son incapaces de dar el siguiente paso”. Así que, “o la gente de dentro cambia, lo cual es difícil, o tienes que recurrir a talento externo”.

De todas formas, aún hay presidentes de clubes de fútbol que resisten e intentan demostrar que son capaces de hacer avanzar el proyecto. Es el caso de Daniel Sánchez Llibre, el actual presidente del RCD Espanyol, cargo que ocupa desde el 26 de junio de 1997.

A Sánchez Llibre se le atribuye el haber reflotado la gran crisis económica que vivió el club en los años 80 y 90. Este proceso incluyó la venta del estadio de Sarrià y la transformación del club en Sociedad Anónima Deportiva. Por el contrario, bajo su mandato, el Espanyol consiguió construir una Ciutat Esportiva de Sant Adrià y un nuevo estadio entre Cornellà de Llobregat y El Prat gracias a un crédito.

Pero la presidencia de Daniel Sánchez Llibre en el club ha tenido tantos detractores como admiradores. En un principio, contó con la animadversión del máximo accionista de la sociedad, Manuel Lara Bosch y de una parte del accionariado que se juntó en una plataforma de respuesta llamada Espanyol 3.0. Por el contrario, su estilo caló hondo en el pequeño accionista, hecho que le hizo ganar una junta de accionistas el 26 de mayo de 2006 ante otro candidato, Claudio Biern, para seguir comandando el Espanyol hasta el 2011. Como en otras ocasiones, el tiempo le dará o le quitará la razón que le corresponda.


Fuente:
http://www.noticias.com/reportaje/vayase-senor-presidente-8b1.html

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